Uno de los principales problemas con los que se enfrenta el propietario de un loro es el desconocimiento de las necesidades nutricionales de su animal y cómo hacerles frente. Esto hace que se alimente con dietas inapropiadas, desequilibradas y defecientes, que provocan la aparición, a corto o a largo plazo, de alteraciones en el estado de salud del ave (inmunodepresión, deficiencias vitamínicas y minerales, …).
Las necesidades nutricionales de los loros dependen de las distintas adaptaciones a sus habitats que tienen los miembros de este orden de aves. Por ejemplo, los Loris y afines deben ser alimentados con néctar, zumos y otros suplementos específicos. Sin embargo, exceptuando algunas especies que son raras en domicilios particulares, la mayoría de psitácidas tienen necesidades nutricionales similares:
Dietas recomendadas
Para evitar estos problemas podemos recurrir a dos tipos de dietas sencillas:
1.-) PIENSOS COMPUESTOS: existen en el mercado piensos formulados para aves. NO SON LA MEZCLA DE SEMILLAS que se comercializan como comida de loros, sino que tienen un aspecto parecido al pienso que comen perros y gatos. Están bien formulados y pensados para que cubran todas las necesidades nutricionales. El inconveniente principal es que los animales necesitan un acostumbramiento, que a veces desespera un poco al propietario.
2.-) DIETAS CASERAS: debemos proporcionar al animal dietas variadas y equilibradas huyendo de las dietas monótonas (SÓLO PIPAS) que erróneamente vienen siendo utilizadas y que son desequilibradas. Los alimentos entre los que tendremos que elegir para la preparación de la dieta básica:
- CEREALES Y SEMILLAS (40-45 % de la dieta): Mijo, avena, arroz integral hervido, maiz (cocido o enlatado), trigo,cebada, cañamones, pipas (no deben sobrepasar el 10% de la dieta). Dentro de este apartado se puede incluir el pan integral, la galleta y la pasta remojada.
- VERDURAS (40-45% de la dieta): Las verduras más nutritivas son las de color oscuro, como endibias, brécol, remolacha, zanahorias, espinacas (frescas o congeladas), calabaza. También se puede utilizar diente de león o pamplina recogidos en zonas no contaminadas (evitar zonas próximas a carreteras o zonas fumigadas). Se pueden utilizar menestra congelada de consumo humano (previa decogelación).
- FRUTAS (5-7’5% de la dieta): Cualquier fruta de temporada y cítricos, evitando el aguacate, que puede ser tóxico (sobre todo la semilla). Son especialmente apetecibles uvas, fresas, manzana, melón, cerezas…
- LEGUMBRES Y OTRAS FUENTES DE PROTEÍNAS (5-7’5% de la dieta): Judías, lentejas, guisantes, garbanzos (remojados o cocidos), cacahuetes (no abusar por su alto contenido en grasas), pienso de perros, tortilla francesa sin sal, huevo cocido…
- FUENTES DE CALCIO (deben estar siempre disponibles para el animal): Hueso de jibia, conchilla de ostra, bloques minerales, calcio en tabletas o líquido, etc.
- AGUA: Se debe suministrar limpia a diario.
- GRIT: Su uso es discutido. Puede ser útil en determinadas ocasiones, pero siempre existe riesgo de impactación de buche.
Consejos sobre alimentación y cambio de dieta.
Cuando pretendemos instaurar una dieta nueva en una psitácida:
- Debemos realizarlos de forma gradual, con el fin de evitar el rechazo.
- Es conveniente mezclar alimentos nuevos para el animal con otros a los que esté acostumbrado, de forma que no pueda seleccionar los habituales.
- Se puede recurrir a «trucos» como mezclar los alimentos con miel u ofrecérselos de forma que crean que nosotros también los estamos comiendo, sobre todo si existe un gran apego con el propietario.
El comedero debe limpiarse de cualquier resto de comida todos los días, y también limpiar los restos de comida del fondo de la comida, de manera que evitemos el desarrollo de microorganismos patógenos para el animal (bacterias, hongos).
Es conveniente realizar un control de peso del animal durante el proceso de cambio de dieta, para detectar pérdidas preocupantes de estado físico.