Cuando nos planteamos tener un perro, hay que hacer una reflexión completa de lo que ello supone. Un perro es un ser vivo como nosotros. Necesita comer, pasear 3 veces al día, ir al veterinario, mucho cariño. No podemos cogerlo por capricho, ni tampoco esperando aptitudes muy concretas. Un animal tiene, como una persona, sus defectos y sus virtudes y cuando lo cogemos, tenemos que estar mentalizados de ello.
Una vez que tenemos esto claro tenemos que dar el siguiente paso: decidir qué perro queremos acoger. Dependiendo de la raza, cada perro tiene unas características. Unos son más nerviosos, otros más cariñosos, o más activos, o necesitan mucho espacio para desfogarse, o son muy dependientes del propietario, etc.
Es interesante tener en cuenta una serie de consejos a la hora de comprar un perro en una tienda o a un criador:
- Si es posible, no comprar perros por catálogo o Internet sin antes verlo en compañía de un veterinario o persona entendida y pedir siempre una garantía mínima de 15 días para enfermedades en incubación.
- Exigir siempre factura.
- A la hora de escoger un perro, tener siempre en cuenta la condiciones higiénico-sanitarias del habitáculo donde habita en la tienda o criadero. Si son malas puede estar contagiado de anteriores inquilinos.
- La Ley establece las normas para la venta de un animal. El animal se debe vender con un certificado veterinario que acredite la buena salud del animal. Esto no eximirá al vendedor de la responsabilidad ante las enfermedades en incubación en el momento de la venta y para eso establece un periodo de garantía mínima de 15 días por si hubiese lesiones ocultas o enfermedades en incubación.
Por último siempre que hayáis adquirido un perro, realizar un visita a vuestro veterinario, que es el que mejor os podrá aconsejar de todo lo que hacer con el cachorro y si presenta algún síntoma de enfermedad.