Parásitos intestinales en perros

5 enero, 2015/0/1
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Es una preocupación sanitaria por parte de propietarios y veterinarios debido a la alta incidendia y a la posibilidad de transmisión al ser humano (zoonosis). Esta es la razón por lo que consideramos fundamental desparasitar internamente a nuestras mascotas cada 3 meses. Vulgarmente se conocen como gusanos intestinales, aunque puede haber otros parásitos que no son «gusanos».

Los parásitos viven a expensas del perro absorbiendo los nutrientes del intestino. Los animales pueden sufrir desde trastornos leves, como diarrea o vómito esporádico, a graves complicaciones derivadas de una infestación masiva, como malnutriciòn, anemia, hipoproteinemia, adelgazamiento progresivo, etc. Además bajan las defensas y predisponen al padecimiento de otras enfermedades. Algunas veces estos gusanos pueden vivir en el animal sin que este manifieste ningún síntoma de enfermedad. Por eso es importante desparasitar internamente a todos lo perros cada tres meses aunque no se vean gusanos en las heces.

Los gusanos se pueden dividir por su forma en dos tipos: gusanos redondos (nematodos) conocidos vulgarmente como lombrices intestinales; y planos (cestodos) también llamados tenias.

Los gusanos redondos más frecuentes en el perro son:

  • TOXOCARA CANIS Y TOXOCARA LEONINA: estos gusanos son adquiridos por el perro tras la ingestión de los huevos presentes en las heces de otros animales parasitados. También pueden ser directamente transmitidos por la madre al cachorro a través de la placenta o por la leche. Los huevos microscópicos de estos parásitos son eliminados en abundancia por las heces del hospedador y pueden ser ingeridos por los humanos, pudiendo causar problemas sobre todo en niños y/o personas inmunodeprimidas.
  • TRICHURIS VULPIS: nemátodo bastante frecuente en España, lleva ese nombre porque los zorros pueden ser portadores y reservorios de estos parásitos. Son conocidos a veces como gusanos látigo, y son de pequeño tamaño pero pueden causar graves problemas en el animal que parasitan.
  • ANCILOSTÓMIDOS: Esta familia de parásitos incluye varias especies de los géneros ANCILOSTOMA y UNCINARIA. Son adquiridos por el perro mediante la ingestión de huevos que son puestos por estos gusanos adultos dentro del intestino de un perro y salen al exterior por las heces o también lo puede trasmitir la madre al cachorro durante la lactación. Estos parásitos pueden producir daños en los humanos mediante la penetración de los mismos a través de la piel.
  • STRONGYLOIDES STERCORALIS: Afecta sobre todo a cachorros caninos. Los cachorros se contagian bien por ingestión de larvas presentes en las heces de otros perros, o bien por que estas larvas penetran la piel del perro. Las personas sobre todo niños pueden contagiarse por que estas larvas pueden penetrar incluso la piel sana. Raro en España.
  • Los gusanos planos o tenias más frecuentes son:
    ECHINOCOCCUS GRANULOSUS: conocido vulgarmente como «quiste hidatídico».
    En realidad lo que se conoce como quiste no es realmente el gusano adulto, que vive exclusivamente en los cánidos, sino una fase larvaria del mismo. Se desarrolla en órganos internos de los humanos u otros animales (riñón, pulmón, hígado, etc.), cuando ingerimos huevos eliminados por las heces de los perros parasitados. Es interesante saber cómo se puede contagiar el perro por esta tenia, y también cómo puede el hombre contraer esta enfermedad:

    • El contagio por parte de las personas es por ingestión accidental de huevos que se eliminan por las heces de un perro que tiene el parásito. Puede ocurrir por manipulación directa del perro o por consumo de alimentos (por ejemplo verduras crudas mal lavadas) que contengan esos huevos.
    • El contagio por parte del perro es por ingestión de carne cruda que contenga la fase larvaria de esta tenia. Se entiende como carne cruda tanto un trozo de filete que le damos nosotros como un ratón o cualquier otro animal que el perro ingiera.

    La mejor forma de no contraer la enfermedad es:

    1. Evitar que el perro coma carne cruda.
    2. Desparasitar al perro periódicamente cada 3 meses. Recordar siempre que las pastillas antiparasitarias no previenen (como hacen las vacunas), sino que matan al gusano si está presente.
    3. Lavar y desinfectar las verduras que ingerimos crudas.

    DIPYLIDIUM CANINUM: Es con diferencia la tenia más frecuente en perros. Se trasmite por pulgas o por ingesta de huevos. Es fácil identificar estos parásitos en las heces como granos de arroz que se mueven o como granos de arroz secos pegados al pelo alrededor del ano. La mejor prevención es evitar las pulgas utilizando insecticidas (collares, pipetas, sprays, etc) y la desparastición interna periódica.

    Por todo lo expuesto nos gustaría recalcar la necesidad de realizar la DESPARASITACIÓN INTERNA CADA 3 MESES, para evitar la parasitosis de nuestras mascotas y los contagios a las personas que conviven con ellas.

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